El proyecto «I love fruit and veg from Europe» promueve el consumo de productos de temporada con beneficios insospechados para la salud
El tentempié saludable y rápido que tanto gusta a deportistas y a niños y que además funciona como antiestrés: peras a voluntad, son sanas y se pueden recolectar todo el año.
Dulces y azúcares en su punto justo desde la antigüedad se consumían en todas partes.
Los romanos eran glotones y las degustaban en diferentes calidades, como cuenta Plinio el Viejo en la Naturalis Historia: “se comían crudas y cocidas y también se utilizaban para elaborar platos de cocina particulares.
También se conservaban y se secaban al sol y se comían hervidas en vino”.
Y en el siglo XVIII en Roma incluso podemos hablar de «street food ante litteram», porque los vendedores ambulantes vendían peras durante sus recorridos.
Eran dulces preparados con peras cocidas recubiertas de caramelo y ensartadas con un palito para disfrutar de todo el sabor.
De ahí el término «peracottari» y dado que estos vendedores ofrecían productos de mala calidad y eran considerados incapaces, el significado del término es negativo y aún ahora la gente exclama: «haz la figura del peracottaro» o bien «haz una figura mezquina».
¡Las peras son muy saludables! Palabra de “I love fruit and veg from Europe”, el proyecto cofinanciado por la Comisión Europea, que promueve el consumo de frutas y verduras frescas.
Son ricas en azúcares simples como la glucosa y la fructosa, contienen unos 10 g por cada 100 g de fruta.
Esto quiere decir que presumen de un índice glucémico bajo y que con las debidas precauciones también pueden ser consumidas por personas con problemas de diabetes.
Las peras no deben faltar en la dieta. Son súper recomendables en una dieta hipocalórica: 100 gramos contiene unas 40 calorías, son ricas en agua, más del 80% de su peso, se digieren fácilmente y facilitan la diuresis.
Las peras son un anti estrés.
Otro elemento que hace tan peculiares a estas frutas es el potasio, lo que las convierte en preciadas aliadas para el corazón y la presión arterial, pero sobre todo son un excelente tentempié para quienes practican deporte.
No acaba aquí, el potasio al ser un antagonista del sodio, las hace especialmente indicadas también durante el embarazo además de combatir contra el cansancio y el estrés.
¡Comamos también la cáscara! La pera se puede considerar una fuente importante de vitamina A, vitamina E, niacina, ácido pantoténico, colina, betaína, calcio, hierro, fósforo, zinc y selenio.
También coman la cáscara, porque está llena de vitamina C, que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y sustancias antioxidantes, como la quercetina.
Además, otra característica fundamental es que contiene muchas fibras (6 gramos, casi todas solubles), igual a la dosis diaria recomendada, que es alrededor del 20% y esto significa que ayuda a satisfacer la sensación de saciedad.
¿Cómo se eligen las peras? Las peras son de buena calidad si la pulpa es blanda al tacto, pero compacta, si se desprenden fácilmente del pedúnculo con una ligera rotación y si las semillas son de color marrón oscuro.
Curiosidad.
La pera es un pomo, o bién llamada fruta falsa.
De hecho, lo que comemos es precisamente la ampliación del receptáculo recubierto por la fina piel, mientras que el verdadero fruto está representado por el corazón.
Hay decenas y decenas de variedades.
Destacan los internacionales europeos del ilustre pasado como Abate, Kaiser, Williams, los escasos Volpina y Martinone y las antiguas Lardara, San Giovanni y Moscatello.
Cosméticos naturales hechos en casa.
Puedes utilizar peras y no solo, en virtud de sus propiedades y principios terapéuticos, para elaborar productos de belleza en casa.
No solo curaremos el cuerpo sin utilizar conservantes, colorantes, etc., sino que también contribuiremos a salvaguardar el medio ambiente con acciones ecosostenibles.
Las peras pueden, por ejemplo, ejercer una acción astringente y limpiar la piel de impurezas, ya que son ricas en agua y vitaminas.
He aquí una receta fácil y rápida de preparar una mascarilla que hidrata la piel grasa, elimina el efecto brillo y combate la aparición de granitos.
Simplemente mezcla la pulpa hecha puré de una pera con 2 cucharadas de yogur y unas gotas de miel y limón, obtendrás una crema facial suave e hidratante.
Lo dejamos actuar unos veinte minutos, aclaramos con agua tibia y la piel quedará más tersa y luminosa.
Batido de pera.
Vamos a la cocina y preparamos un batido dulce y fresco para todas las estaciones.
Ingredientes para 4 batidos
- 5 peras
- 2 vasitos de yogur a la vainilla
- 2 vasos de leche de almendras
- 80 g de almendras laminadas (40 para el batido, 40 para la decoración)
- 2 cucharadas de miel (1 para los 4 batidos y una para las decoraciones)
Preparación
Lava bien las peras, pélalas y córtalas en trozos pequeños.
Introducelas en el vaso de la batidora junto al yogur, la leche de almendras, 40 gramos de almendras pelada y una cucharada de miel y mezcla hasta obtener una crema espumosa pero uniforme.
Vierta en cuatro vasos y coloque en el congelador durante 5 minutos.
Servir adornando con la miel restante y las demás almendras.
Mermelada de pera.
Quedémonos en la cocina y divirtámonos preparando una rica mermelada de pera para combinar con queso.
Ingredientes:
- 1 kg de peras
- 50ml de agua
- Jugo de un limón
- 400 gramos de azúcar
Preparación
Lave bien las peras, pélelas y córtelas en cubitos.
Ponga los cubitos de pera en una sartén antiadherente, añadiendiendo el agua y el jugo de limón.
Lleve la mezcla a ebullición y déjela hervir durante 15 minutos a fuego medio.
Apague el fuego y agregue el azúcar poco a poco, mezclando con una cuchara. Vuelva al fuego, vuelva a hervir y cocine a fuego lento durante una hora.
Introduzca la mermelada de pera en tarros calientes perfectamente esterilizados y secos.
Ciérrelos bien y manténgalos boca abajo hasta que se hayan enfriado.
Posteriormente, envueltas en un paño, sumérjalas en una cacerola llena de agua fría hasta cubrirlas por completo.
Llevar a ebullición y dejar hervir durante otros treinta minutos.
Para estar seguro de que no hay cargas bacterianas, se aconseja consumir la mermelada tres meses después de su elaboración.
Federica Riccio