La seguridad alimentaria y la calidad de los productos alimenticios siempre han sido de suma importancia para Italia y la Unión Europea.

Para garantizar a los consumidores un alto nivel de seguridad alimentaria y proteger al sector agroalimentario de crisis recurrentes, la UE ha adoptado la estrategia “De la granja a la mesa” a lo largo de toda la cadena alimentaria, con un sistema de control integrado.

Esta se basa en una combinación de altos requisitos para los productos agroalimentarios, tanto para la salud (humana) como para el bienestar de los animales y las plantas, esto es cierto ya sea que se produzcan en la UE o se importen.

Todos los Estados miembros deben respetar los mismos criterios;  los controles alimentarios y sanitarios se llevan a cabo con el mismo estándar en toda la UE.

Esta armonización de los requisitos de seguridad permite la libre circulación de alimentos inocuos, contribuyendo significativamente al bienestar de los ciudadanos y sus intereses sociales y económicos.

Los principios fundamentales de la normativa alimentaria son:

  • controles integrados a lo largo de toda la cadena alimentaria
  • intervenciones basadas en análisis de riesgos
  • responsabilidad principal de cada operador del sector por cada producto elaborado, transformado, importado, comercializado o distribuido
  • trazabilidad del producto a lo largo de la cadena alimentaria
  • el consumidor como parte activa de la seguridad alimentaria.