¡A los europeos les encantan las frutas y verduras!
Aunque la cantidad varía de un país a otro; comen al menos el 40% de la cantidad diaria recomendada de fruta y más del 20% del consumo recomendado de verduras.
Todas las clases socioeconómicas comen una variedad de verduras y frutas, pero los más pobres comen menos que los más ricos.
En Italia la realidad es al contrario, es donde el consumo de productos hortofrutícolas en general es mucho mayor y los más pobres consumen más que los más ricos.
De media, el 64% de los ciudadanos de la UE consumen fruta fresca o congelada a diario.
Algunos países, incluidos Italia (85%), Portugal (81%) y España (77%) disfrutan de fruta en abundancia, en cantidades muy por encima de la media, mientras que el consumo más bajo se da en Lituania (37%), Bulgaria (37%), Letonia (35%) y Hungría con 40%.
Solo el 1,6% de los ciudadanos de la UE no come ninguna fruta.
En cuanto a las verduras, el 64% de los ciudadanos de la Unión Europea las disfruta una o más veces al día.
A diferencia de las frutas, los países del sur generalmente no obtienen la puntuación más alta: Bélgica e Irlanda dominan, con el 84% de las personas que comen verduras todos los días. Italia ocupa el tercer lugar con el 80%.
La mayoría de los productos hortofrutícolas que se consumen en Europa proceden de países vecinos, especialmente España, Grecia, Portugal, Francia, Reino Unido y Alemania.
Los alimentos que comemos y la forma en que los producimos han experimentado cambios profundos en el último siglo, como también ocurre con el paisaje europeo y la sociedad en general.
Una agricultura más intensiva ha permitido a Europa producir alimentos en mayores cantidades y a precios más asequibles, pero a expensas del medio ambiente y la agricultura tradicional.
Los estados miembros de la UE han acordado una política agrícola común destinada inicialmente a garantizar la disponibilidad en Europa de alimentos en cantidades suficientes y a precios asequibles.
Con este fin, ha sido necesario garantizar que un número suficiente de agricultores permanezcan en sus tierra y continúen cultivando.
La competencia global puede hacer que los precios bajen y solo una pequeña fracción, del precio de venta final, termina en los bolsillos de los agricultores.
La política agrícola común de la UE ha integrado medidas de apoyo a la economía rural en su conjunto, además de reducir el impacto medioambiental de la agricultura y proteger la preciosa calidad de nuestro suelo.
Existen medidas específicas para ello en el sector de las frutas y hortalizas.
La UE apoya activamente al sector de las frutas y hortalizas a través de su plan de gestión del mercado con cuatro objetivos generales:
1. un sector más competitivo y orientado al mercado gracias a las organizaciones de productores
2. menos fluctuaciones de los ingresos de los productores relacionadas con la crisis
3. mayor consumo de frutas y hortalizas en la UE
4. mayor uso de técnicas de cultivo y producción ecológicas.