La sandía o melón es un fruto muy voluminoso y pesado de forma redonda u ovalada.

Hay alrededor de 50 especies de sandía, la última de las cuales es la sandía baby, un tipo pequeño.

La sandía es una de las frutas favoritas del verano: refrescante, hidratante y nutritiva.

La sandía madura de junio a septiembre.

Es una fruta con un aporte calórico muy bajo: 100 g de sandía aportan tan solo unas 16 calorías.

La sandía es una fruta saludable para disfrutar fresca cortada o en una ensalada de frutas.

Es una planta de la familia de las Cucurbitáceas, originaria de África tropical, cuyo fruto es una falsa baya (pepónide).

La piel es lisa, dura y relativamente delgada, de color verde con varias rayas y manchas más claras, blancas o amarillentas; el interior, en cambio, es rojo y lleno de semillas.

La sandía ayuda a desintoxicar y depurar el organismo, tiene un alto poder saciante y ayuda a reponer los minerales perdidos con el calor.

Los beneficios de la sandía

Los principales beneficios de la sandía son:

  • hidratante y remineralizante: La sandía tiene aproximadamente un 90 % de agua y contiene electrolitos importantes. Fuente de minerales y vitaminas, permite recuperar las sales minerales perdidas por la transpiración.
  • antioxidante: la vitamina C de la sandía ayuda a mantener alto el sistema inmunológico. Promueve la desintoxicación del cuerpo y protege las células del daño de los radicales libres.
  • fortalece los huesos: la sandía contiene licopeno, importante para la salud de los huesos. El licopeno también disminuye el estrés oxidativo, lo que reduce la actividad de los osteoblastos y los osteoclastos, dos células óseas.
  • diurético: la sandía es un diurético natural que aumenta el flujo de orina y protege los riñones e interviene en el proceso de eliminación del amoníaco del hígado.
  • reduce la grasa: la sandía contiene citrulina, que ayuda a reducir la acumulación de grasa en las células. La citrulina es un aminoácido que se convierte en arginina y hace que las células produzcan menos tejido graso.
  • antiinflamatorio: gracias al licopeno, el antioxidante con acción antiinflamatoria, la sandía ayuda a prevenir la aparición de tumores y favorece la salud del corazón.
  • afrodisiaco: la citrulina contenida en la sandía es un aminoácido que favorece la vasodilatación estimulando así el deseo sexual.
  • mantiene el bienestar de la piel: gracias al contenido de betacaroteno, la sandía ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel y la mantiene elástica. La vitamina C, por otro lado, asegura la producción de colágeno, un elemento esencial para una piel sana.

Propiedades y nutrientes de la sandía

La sandía es una rica fuente de minerales, especialmente de:

  • Potasio: la sandía es una buena fuente de potasio, un mineral con la propiedad de bajar la presión arterial, ya que favorece la eliminación del exceso de líquidos al contrarrestar la retención de agua, y regula el ritmo cardíaco.
  • Fósforo: el fósforo realiza varias funciones importantes en el cuerpo. Regula el pH, forma parte de la fracción mineral de huesos y dientes, es constituyente de proteínas y enzimas, participa en la activación de algunas vitaminas y en procesos de reparación celular.
  • Magnesio: este mineral transmite los impulsos nerviosos, regula el ritmo cardíaco y la contractilidad muscular.
  • Vitamina C: también llamada ácido ascórbico, la vitamina C tiene una potente acción antioxidante y por lo tanto contrarresta la acción de los radicales libres, previniendo el envejecimiento celular y la formación de células cancerosas. También estimula el sistema inmunológico, protegiendo contra los resfriados y la gripe.
  • Betacaroteno: pigmento con acción antioxidante que da el típico color amarillo-naranja a las plantas. Representa el precursor de la vitamina A que realiza numerosas funciones en nuestro organismo ya que es fundamental para el crecimiento y la diferenciación celular, interviene en el desarrollo embrionario, protege la función visual, es fundamental para el crecimiento óseo y mantiene la piel y el cabello sanos.
  • Licopeno: carotenoide responsable de la coloración roja de vegetales como el tomate, la sandía y los frutos rojos. Posee una marcada actividad antioxidante, lo que la hace eficaz en la prevención de tumores y en la lucha contra el envejecimiento. También tiene acción antiinflamatoria, inhibe la formación de placas ateroscleróticas y protege los ojos de la degeneración que se produce con la edad;
  • Citrulina: aminoácido no esencial, es decir, que puede ser sintetizado por el organismo. Previene la hipertensión y protege el sistema cardiovascular ya que es capaz de equilibrar la presión y mantener elásticas las paredes arteriales. Este aminoácido también se utiliza para la disfunción eréctil, ya que sería capaz de conseguir y mantener una erección garantizando la concentración necesaria de óxido nítrico.

La pulpa de la sandía se compone de más del 90% de agua y también contiene una buena cantidad de azúcares, especialmente fructosa, y vitaminas A, C, B y B6.

Rica en agua y baja en calorías, la sandía es una de las frutas de verano más indicadas para ayudarte a adelgazar.

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