La vitamina C, o ácido ascórbico, es una sustancia necesaria para el crecimiento normal y para la salud de las células y de los tejidos.

Es un micronutriente, es decir, una molécula requerida por el cuerpo solo en pequeñas cantidades, pero esencial para su bienestar.

Al ser una vitamina hidrosoluble (se disuelve en agua), el organismo la elimina fácilmente a través de la orina.

Por lo tanto, para tener siempre suficiente cantidad de esta vitamina, es necesario tomarla regularmente con la comida, para evitar posibles carencias.

La vitamina C es una de las vitaminas más ingeridas durante el otoño o el invierno, para fortalecer el sistema inmunológico, gracias a su fuerte poder antioxidante.

En verano sería conveniente aumentar su ingesta para equilibrar la pérdida de ácido ascórbico debida a una sudoración más abundante.

La vitamina C en verano juega un papel fundamental para el organismo, ya que:

  • previene quemaduras y erupciones: de hecho, ayuda a proteger la piel del daño solar y a prevenir erupciones y quemaduras. Con la exposición de la piel al sol, el cuerpo aumenta la producción de radicales libres que causan oxidación y contribuyen a dañar las células y sustancias que la componen con el consiguiente envejecimiento de la piel. La vitamina C también promueve la producción de colágeno, un elemento esencial para la salud de la piel, los músculos, los huesos, los tejidos vasculares y para la protección de los rayos UVB y UVA.
  • alivia la sensación de calor: la vitamina C es capaz de aumentar la resistencia al calor y al bochorno actuando sobre las glándulas sudoríparas, que al no cansarse nos permiten aumentar la tolerancia de nuestro organismo al calor y a las altas temperaturas. Estudios realizados demuestran que al tomar vitamina C, la temperatura corporal se mantiene más constante y baja, incluso con calor intenso
  • ayuda a las defensas del organismo: las altas temperaturas someten al cuerpo a estrés. Reforzar las defensas inmunitarias permite tolerar mejor las alergias estacionales, ya que la vitamina C alivia los síntomas, actuando como un antihistamínico natural.

Beneficios de la vitamina C

La vitamina C:

  • interviene en la formación de huesos, piel y dientes
  • útil para el sistema nervioso, es capaz de estimular la cicatrización de heridas
  • apoya la actividad muscular, participando en la producción de energía a nivel celular
  • favorece la absorción de hierro por el intestino y su posterior distribución en el organismo (de poco serviría abastecerse de hierro comiendo carnes rojas si el chuletón no fuera acompañado de una abundante cantidad de frutas y verduras frescas)
  • es un poderoso antioxidante y favorece la circulación sanguínea; un elemento esto importante para acelerar el crecimiento del cabello y para retrasar su envejecimiento
  • es un aliado de belleza y buen humor
  • ayuda a combatir el estrés estimulando la producción de hormonas liberadas por el cerebro, como las endorfinas que promueven la relajación y ayudan a sentirse mejor
  • ayuda a aumentar la concentración promoviendo la producción de acetilcolina, sustancia que juega un papel fundamental en los procesos de memoria y atención.

La escasez de vitamina C es generalmente atribuible a un consumo insuficiente de frutas y verduras frescas, lo que se traduce en una persistente sensación de cansancio, que es uno de los síntomas más comunes de su deficiencia.

Cuando fumas, tomas drogas o estás estresado, las reservas de esta vitamina se reducen aún más.

Alimentos que contienen vitamina C

Todas las frutas y verduras contienen vitamina C en diversos grados.

El verano está lleno de frutas y verduras coloridas, frescas y sabrosas para recargar las pilas con vitamina C todos los días.

Entre las frutas que son más ricas en ella se incluyen:

Entre las verduras son especialmente ricas:

El contenido de vitamina C de los alimentos puede variar mucho dependiendo de cuánto tiempo se almacenen.

Los productos frescos son más ricos en ella porque con el tiempo sus niveles tienden a disminuir, sobre todo si las frutas y verduras se dejan a plena luz.

La mejor opción para mantener todos los valores nutricionales es comer frutas y verduras frescas y crudas.

¡Que no te pille desprevenido, recárgate de vitamina C!

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