Con la llegada del buen tiempo y el calor, reaparecen frutas como la sandía. Un fruto que durante la época veraniega obtiene un gran incremento en las ventas. Esto se debe a lo refrescante que es y su alto contenido en agua, lo que favorece la sensación de hidratación. Sin embargo, no es lo único que aporta esta fruta.
Meridia, líder en Puglia en la producción, transformación y comercialización de frutas y verduras, nos explica las vitaminas que contiene la sandía y sus beneficios.
Vitaminas que aporta la sandía
Vitamina B: son vitales para la obtención de energía en nuestro cuerpo, la obtenemos a partir de las comidas que realizamos en nuestro día a día. Estas vitaminas forman parte del proceso de detoxificación del cuerpo, el crecimiento de tejidos y el sistema inmunológico y ayudan en la formación de glóbulos rojos.
Dentro de este grupo, la sandía posee entre sus nutrientes estas dos vitaminas:
- Vitamina B1: potencia el funcionamiento correcto de los músculos y del sistema nervioso e interviene en el metabolismo energético de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas.
- Vitamina B6: ayuda con la regulación del metabolismo de grasas y proteínas. Además de intervenir en la formación de hemoglobina y anticuerpos.
Magnesio: contribuye en la regulación de la función del sistema nervioso y muscular, los niveles de azúcar en sangre y la presión sanguínea. Además ayuda en la formación de la proteína y masa ósea. Esta vitamina se encuentra en varios alimentos entre los que destacan: los cereales, legumbres, leche, yogur, nueces, etc.
Potasio: es un mineral indispensable para el cuerpo. Ayuda en el funcionamiento del sistema nervioso y a la contracción muscular. Además, hace que el ritmo cardíaco se mantenga constante y que los nutrientes vayan a las células a expulsar los desechos de las mismas. El potasio se puede encontrar en el día a día en las verduras de hoja verde, tubérculos y frutas cítricas.
Vitamina A: es una vitamina liposoluble que la podemos encontrar en nuestro día a día en diferentes alimentos Esta vitamina es importante para la formación y el mantenimiento de los dientes, los tejidos y la piel. Además, ayuda al buen funcionamiento de los pulmones y el corazón.
Vitamina C: es hidrosoluble, necesario para el crecimiento y la reparación de tejidos en todo el cuerpo. Permite mantener el hierro y favorece la formación del colágeno. La vitamina C es uno de los antioxidantes que ayuda a bloquear el daño causado por otras sustancias. Debemos de intentar introducir alimentos con estas características en nuestra dieta porque nuestro organismo no es capaz de hacerlo por sí solo y tampoco puede generar reservas.
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